Programa:
Andante Cantabile de Tchaikovsky (1840-1893)
Souvenir de Florencia de Tchaikovsky (1840-1893)
I- Allegro con spirito
[12 min]
II- Adagio cantabile e con moto
[11 min]
III- Allegretto moderato
[7 min]
IV-Allegro vivace
[8 min]
Intermedio
Cuadros en una Exposición de Modesto Mussorgsky ( 1839-1881)
+ Vídeo
[32 min]
Promenade/ Gnomus/ Promenade/ Il vecchio castello/ Promenade/ Tuileries/ Bydlo/ Promenade/ Ballet des petits poussins dans leurs coques/ Samuel Goldenberg und Schmuyle/ Limonges: le marché /Catacombae: Sepulchrum Romanum - Cum mortuis in lingua mortua/ La Cabane de Baba Yaga sur des pattes de poule/La Grande Porte de Kiev
I Musici de Montréal
La Orquesta I Musici De Montréal (Los Músicos de Montréal) fue fundada por el chelista y director Yuli Turovsky. La integran 15 músicos con un amplio repertorio que se extiende del barroco a lo contemporáneo. La orquesta tiene un programa muy exigente con más de 100 conciertos por temporada en todo el mundo, incluyendo tres prestigiosas series en Montréal. Esta extraordinaria actividad coloca a I Musici de Montréal entre las orquestas viajeras más importantes de Canadá. Desde sus inicios han lanzado más de 40 CDs para las firmas disqueras Chandos y Analekta; sus grabaciones se distribuyen en más de 50 países alrededor del mundo.
Estas grabaciones ganaron muchos premios para la orquesta y el maestro Turovsky, incluyendo el Diapason D’Or por su grabación de la Sinfonía No. 14 de Schostakovich y el premio Penguin Guide Rosette por el Concierto Grosso Opus 6 de Händel. Su grabación de Händel se toma como referencia para el estándar más alto. En diciembre de 1998, el Conseil Québecois de la Musique otorgó dos Premios Opus a I Musici de Montréal, uno por el "evento de grabación del año" y el otro por la "mejor grabación" de música contemporánea en un CD que reunió obras de Gorecky, Pärt y Schnittke. En Agosto de 2001, el Music Magazine de la BBC nombró al CD número 40 de I Musici de Montréal como la “Selección del Mes”. En 2007 la orquesta obtuvo el Opus Award por su grabación del Círculo de Shostakovich y se le nominó para el premio Juno Award.
En 1999, I Musici de Montréal recibieron el Gran Premio de Montréal Urban Community (Comunidad Urbana de Montréal) por su contribución excepcional a la presentación de la música en Montréal y sus alrededores. En 2004 la orquesta y el Maestro Turovsky recibieron un premio especial muy singular por sus presentaciones internacionales, otorgado por el Conseil Québécois de la Musique, en reconocimiento por los 20 años de la orquesta y todo el trabajo que les ha dado fama durante estos años.
Bajo la dirección dinámica y visionaria del Maestro Yuli Turovsky, quien también es violonchelo solista de la orquesta, I Musici de Montréal han actuado en algunas de las salas más importantes del mundo: el Lincoln Center en Nueva York, Gewandhaus en Leipzig, Alemania; la Sala Seiji Ozawa en Tanglewood, Tonhalle en Zürich, el Palais des Beaux-Arts en Bruselas, el Kioi Hall en Tokio y la sala Philharmonie en Luxemburgo entre muchas otras. El entusiasmo y aceptación del público subrayan la precisión, cohesión y virtuosismo de sus interpretaciones, así como el sonido brillante y característico que confirman la importancia de I Musici de Montréal en el escenario musical del mundo.
“Increíble Conjunto de Música de Cuerdas”
The Independent, Londres
“I Musici de Montréal es indudablemente un grupo de virtuosos”
South China Morning Post, Hong Kong
“Absoluta precisión y tensión”
Stereo Review, Nueva York
Richard Lee, director.
Desde el momento en el que su madre lo sentó en un piano de juguete cuando tenía 3 años, Richard Lee ha pasado su vida inmerso en la música. Comenzó con un piano de verdad a la edad de 5 años y tomó el violín a los 7. Después de muchos años de práctica forzada, eventualmente comenzó a disfrutar el tocar estos instrumentos y a la edad de 17 años pasó con honores los exámenes de piano y violín del Conservatorio Real de Música en Toronto.
Después de una breve y mal aconsejada temporada como estudiante de Física, Richard recuperó el sentido y comenzó una carrera en Ejecución Musical en la Universidad de Toronto, en donde tanto como violinista y violista, estudió junto con Lorand Fenyves, Rennie Regehr y Ken Perkins, en el tiempo que estudiaba dirigió con Pierre Hétu and Dwight Bennett. Llevo acabo varios otros estudios y tutorías en dirección, los más notables con Yoav Talmi, Jorma Panula, Gustav Meier, Geoffrey Moull y Kirk Trevor. Ha participado en cursos magistrales para músicos eminentes como Pinchas Zukerman, Rivka Golani, Charles Castleman, Gunther Herbig, Andrew Davis, Helmuth Rilling y el Julliard, Emerson, Muir and Budapest String Quartets. Después de haber enseñado música a nivel secundaria por 5 años, Richard regresó a la Universidad de Toronto, en donde obtuvo un grado de maestría en dirección de orquesta bajo la tutela de Raffi Armenian.
Antes, Director Residente de la Orquesta Sinfónica Thunder Bay y Director Asistente de la Orquesta Sinfónica de Quebec, Richard es ahora Director Residente de la Orquesta Sinfónica de Winnipeg, Director de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Manitoba, así como Director Musical de la Orquesta Sinfónica de Coreana-Canadiense, con base en Toronto. Esta temporada está como invitado en las orquestas del Centro Nacional de Artes (Ottawa), del Este de Texas, Hamilton y Quebec. Su trabajo ha sido transmitido y grabado por la CBC/ Radio – Canadá. Músico, adicto a las noticias y conocedor de buenas cervezas, whiskies y puros, Richard mantiene su residencia tanto en Winnipeg como en Toronto.
LISTA DE MUSICOS
Directorinvitado
Richard Lee
Concertmaster
Julie Triquet
Violín
Denis Béliveau
Catherine Sansfaçon Bolduc
Madeleine Messier
Françoise Morin-Lyons
Christian Prévost
Ariane Lajoie
Yubin Kim
Valérie Belzile
Viola
Anne Beaudry
Suzanne Careau
Jacques Proulx
Cello
Alain Aubut
Timothy Bruce Halliday
Contrabajo
Yannick Chênevert
Notas de prensa
“Una de las mejores orquestas de cámara en Norte América” Revista Fanfare, Nueva Jersey, Enero 2005
“… hasta las secciones de prestissimo pueden calificarse de absolutamente perfectas y precisas…”
“Actuación estelar de I Musici de Montréal”
“El último movimiento del Divertimento para Violonchelo y Cuerdas en Re Mayor de Haydn, fue interpretado con extrema rapidez; casi esperábamos que los arcos de los músicos humearan, que lanzaran llamas. Fue un final espectacular para la primera mitad del programa.”
The Press Journal, Florida, Abril 2002
“El director, Yuli Turovsky, obtiene un sonido rico, cálido y una soberbia interpretación de I Musici de Montréal.”
Yedioth Ahronoth, Tel Aviv, Mayo 2001
“Un bouquet cultural. El ensamble suena ligero, encantador. Su interpretación fue refinada; su presentación, fresca y atractiva. El público reaccionó con gran entusiasmo aprobando así tanto el contenido como su calidad.”
Ma´Ariv, Tel Aviv, Mayo 2001
“I Musici de Montréal combina pasión e innovación. Su presentación en el Kravis Center, vivaz y hermosamente conformada estaba tan llena de pasión y energía que uno era casi obligado a levantarse y empezar a bailar por los pasillos.”
The Palm Beach Post, Palm Beach, Marzo 2001
“Decir que fue una representación conmovedora sería subestimarla; los otros 14 intérpretes están en el escenario y se unen a Turovsky al digitar y producir armónicos fantasmales; retan la duración de los mismos aún cuando están inmóviles…”
To say it was a moving performance was an understatement; as the 14 other string players are on stage, they joined Turovsky in fingering and bowing ghostly harmonics, challenging to sustain even when standing still…”
The Morning Star, Vernon, British Columbia, Noviembre 2000
“ Verdaderos Musici, seres asombrosos en verdad. Casi un 10 perfecto para el concierto de nuestros Musici. El programa era bueno; la interpretación aún mejor.”
La Presse, Montréal, Octubre 2000
“Yuli Turovsky, rebosante de genio, fuerza y carácter, dirigió al ensamble con ademanes muy expresivos. El pianísimo electrizante y un vigoroso fortísimo brindaron nueva vida a la partitura, tal vez alejada de lo que los puristas llamarían estilo, pero muy cercana al aspecto de la representación con un concepto musical individualizado y romántico.”
Avilés Y Comarca, Avilés, España, Diciembre 1999
“Ademanes intensos. Placeres opulentos. I Musici de Montréal demuestran con su interpretación del Cuarteto de Schubert, entre otras obras, que con estos 15 músicos, un Ensamble sobresaliente ha encontrado su camino a Rüsselsheim al ofrecernos una sensual experiencia auditiva. La excelente motivación de la orquesta hace que la música resplandezca.”
Rüsselsheimer, Rüsselsheim, Alemania, Diciembre 1999
“Ayer noche, un milagro. Primero, el programa: extraordinariamente variado, con muchas obras nuevas, atrevido sorprendente.”
La Presse, Montréal, Febrero 1998
“Se nos agasajó con una interpretación refrescante en la que la música se convirtió en más que repetición: nos atrapó con sentimiento y alegría.”
Zuriberg, Zurich, Suiza, Febrero1955
“La orquesta impresiona por su extraordinaria franqueza, autoridad y clara personalidad. Sus representaciones, fuertemente definidas, obtienen su carácter especial de una ilimitada vitalidad en el sonido y la profunda participación de cada intérprete en lograr ese sonido.”
Financial Times, Londres, Inglaterra, Octubre 1992
“Florencia está muy cerca de mi corazón. Mientras más tiempo se pasa aquí, más se encariña uno con ella. Esta no es una capital ruidosa en la que los ojos no sepan hacia dónde mirar, que fatigue con su actividad. A la vez, hay tantas cosas llenas de interés histórico y artístico que no se tiene oportunidad de aburrirse”.
Tchaikovski visitó Florencia por primera vez en 1878 gracias a la generosidad de la rica viuda, Nadezhda von Meck, a quien le escribía sus impresiones diarias. Quedó encantado inmediatamente por los museos, iglesias y galerías de arte de la ciudad, familiarizándose con ellas de manera gradual y casi tierna. Daba un paseo a primera hora de la mañana antes de regresar a su mesa de trabajo alrededor de las 11 de la mañana. “No puedo empezar a decirle cuan gloriosa es la perfecta tranquilidad de las tardes, cuando todo lo que se puede oír es el sonido distante de las aguas del Arno cuando rebotan o bajan por un declive. Es difícil imaginar un sitio más cómodo o adecuado para trabajar”.
Tchaikovski jamás olvidó Florencia y a principios de 1890, después del brillante estreno de La Bella Durmiente, regresó a su “ciudad soñada”. Allí compuso la mayor parte de La Reina de Espadas y comenzó su Sexteto para Cuerdas, obra prometida cuatro años antes al presidente de la Sociedad de Música de la Cámara Imperial de San Petersburgo. Después de apresurarse con la creación de la ópera, Tchaikovski progresó más lentamente con el sexteto. En Junio de 1890 le escribió al pianista Alexander Siloti: “Tengo la continua sensación de que en lugar de escribir para seis voces, estoy haciendo una transcripción orquestal para seis instrumentos”. Y a su hermano, le confió al respecto “Esto requiere seis voces iguales e independientes. ¡Es extraordinariamente difícil!”
El sexteto se presentó primero de manera privada en Moscú en noviembre de 1891 en presencia de Alexander Glazunov y Anatoly Lyadov, quienes manifestaron algunas reservas acerca de los últimos movimientos; Tchaikovski los revisó y al quedar satisfecho, entregó la partitura a su impresor en junio. La versión definitiva tuvo su estreno en San Petersburgo seis meses más tarde.
Cuadros de una exposición – Mussorgski
En 1874 tuvo lugar en Moscú una exposición de pinturas y proyectos arquitectónicos del artista ruso Viktor Hartmann, fallecido un año antes e íntimo amigo del compositor, y de un grupo de jóvenes artistas que aspiraban a la creación de un arte puramente ruso del que estuviera eliminada cualquier influencia extranjera. Mussorgski tradujo musicalmente esas pinturas en unos términos bien diferentes a lo que en el resto de Europa se consideraba por entonces como “música programática”. El resultado fue una colección de piezas para piano titulada como Cuadros de una exposición, partitura que fue recibida con enorme estupor por un público que no acertaba a descubrir el enorme talento de un compositor genial aunque muy criticado por los excesos alcohólicos que le impedían una mayor concentración creativa. De hecho, músicos como Rimski-Korsakov y Glazunov dedicaron grandes esfuerzos por suavizar las asperezas musicales de la producción de Mussorgski en base a rectificar e instrumentar unas partituras que, paradójicamente, han resultado ser mucho más completas, vehementes e imaginativas en su ruda versión original.
Cuadros de una exposición es un fascinante caleidoscopio pianístico que ilustra una serie de cuadros con una ilimitada imaginación y un milagroso poder expresivo dentro de una gama de colores cambiantes y fantásticas apariciones que nos hacen del todo prescindible la consecuente contemplación de los lienzos, en un verdadero ejercicio de imaginación virtual. La escritura pianística de Mussorgski es brutal y deliciosamente ruda, con bastantes pasajes “antipianísticos” y sin ninguna pretensión por parte del compositor para adaptar los efectos perseguidos a las posibilidades del instrumento, cuyos límites no parece querer tener en cuenta. De hecho, la partitura es endiablada de interpretar y muchos solistas de postín han prescindido de su ejecución en los recitales. Más que piezas para piano parecen apuntes de orquestación y durante mucho tiempo fueron tema de experimentos orquestales. Sin embargo, hacía falta un gran maestro que configurase todas las intenciones que parecen ocultarse en la versión pianística de Mussorgski. Y ese gran maestro se encontró en la persona de Maurice Ravel, uno de los más grandes orquestadores de toda la historia de la música.
Modest Mussorgsky
Nace en Karevo (Rusia) el 20 de marzo de 1839. Su infancia transcurre en el medio rural, aprendiendo a tocar el piano gracias a la afición de su madre por el instrumento. En 1849 se traslada a San Petersburgopara ingresar en una academia militar , quedando la enseñanza musical relegada a algunas lecciones de piano a cargo de Anton Herke.
En 1857 conoce a Balakirev y a Cesar Cui, que le alientan a abandonar la milicia y dedicarse por completo a la composición. Tras una crisis nerviosa, que le hace fundar una comuna de artistas y bohemios en su propio apartamento, opta por seguir los consejos y atiende las clases de composición de Balakirev hasta que en 1868 pierde su confianza y comienza a estudiar con Nikolai Rimski-Korsakov.
A finales de la década de 1860 se embarca en la composición de Boris Godunov, que para desaliento del compositor es rechazada por la Dirección de Teatros Imperiales en 1871. Hacia 1874 se localiza una etapa de gran creatividad -Cuadros de una exposición-, al tiempo que adquiere el hábito del alcohol, y le hacen entrar en una dinámica de abandono que le llevan a vivir de la caridad.
En 1881 y tras una crisis de delirium tremens, muere en un hospital militar de San Petersburgo el 23 de marzo a los 42 años de edad.
Su música es el reflejo de su vida, y se convierte en el instrumento ideal para expresar las experiencias humana, que en el caso de Mussorgsky son muchas. Su técnica, a pesar de la eminencia de sus mentores, no estuvo a la altura de sus contemporáneos, quedando las obras sostenidas por su indudable talento lírico, dramático y pictórico.